Escocia.
Es un perro bien proporcionado, de apariencia aristocrática. Su cabeza es bien equilibrada, vista de lado o de frente tiene forma de cuña. Tiene el hocico largo, liso, bien redondeado y truncado. La trufa debe ser siempre negra.
Es un perro muy inteligente, fiel y amigable. Tiene altamente desarrollado el sentido de protección hacia sus amos, especialmente hacia los niños. No es agresivo ni miedoso. Es un perro de compañía excepcional.
Los pastores han utilizado esta raza como perros ovejeros por centurias, pero las formas modernas de estas razas fueron desarrolladas en Inglaterra a finales del 1800.